domingo, 20 de diciembre de 2009

Carrera Popular Aranjuez . 10k. 20/12/2009

Suena el despertador y me despierto de camino a la ducha. Salgo y miro al cielo. Bien, va a hacer sol. Si tuviera mp3 lo habría conectado para escuchar algo de Barricada, Benito Kamelas, La Fuga, Segismundo, el "último" descubrimiento llamado Scatman Jhon, Doctor Deseo, Obrint Pas... (en fin, tú sabes)... pero como no tengo enchufo la radio que casualmente (lo juro!) sintoniza RadioOlé; no suena ninguno de estos pero el Barrio y el Fary también tienen su efecto.

El mundo es para aquellos que siempre tienen un plan B, muchacho.

Café fuerte, tostadas con aceite, tomate y chorizo, zumo de naranja y croissants. Me corto de comer cuando me doy cuenta que la carrera sólo tiene 10 kms y el desnivel acumulado es de cero metros. Corriendo al tren. 25 minutazos, menos mal que me he acordado de traer un libro. Me bajo entre una manada de tíos en mallas que me arrastra a los puestos de incripciones, cojo mi dorsal y el de mis compañeros y me encuentro con Carlos, uno del club que me da la equipación más guapa que he llevado nunca. Me cambio detrás de un coche y caigo en la cuenta de que no hace mucho frío, así que ni gorro, ni guantes, ni hostias. Empezamos a calentar y en veinte minutos escasos estoycon Luis que hoy será mi pacer(1), abriendome paso a codazos para llegar a una zona de la salida digna. La organización ha puesto cajones para que la gente se distribuya según su marca pero no los respeta ni dios.

Empieza la cuenta atrás y al llegar a cero eso es la guerra. Codazos, empujones, alguna caída, casi tengo que saltar a un señor gordo y bajito que inconcebiblemente se ha puesto en la primera fila. Joder, me encanta que miles (ojalá fueran millones) de personas madruguen y tomen una ciudad el domingo más frío del año, pero a mí no se me ocurre salir delante de los que van a hacer 30 minutos, pues me arrollarían. A los 500 metros ya se puede correr bien y me encuentro con Luis, que me dice: vamos a pasar a 3'15'' para ir con margen. No se te ocurra mirar el reloj, yo te iré diciendo. Le digo que vale pero sé que no me voy a resistir. En 10 minutos caen los 3 primeros kms, bien, contento de estar ahí. Luis, no aprietes más que no voy tan cómodo. Pasamos el km 5 en 16'43'', ya más apretado; el km 6 en 20'18'' y comienza el espectáculo. Los músculos se crispan, empiezan a quejarse y el cuello se me tuerce. La sonrisa del payaso me cruza la cara, y Luis se me va unos metros; me habla pero no lo escucho, me empieza a pasar gente, paso de mirar los tiempos porque no tengo ni fuerzas ni ganas. El final es una recta de un kilómetro que parece alargarse hasta el infinito. Sé que voy a hacer marca pero me enfado porque podría ser mejor. No se pue'ser tan malo. Aprieto los dientes y consigo esprintar.

34'31''. No está mal puesto que mi anterior marca es de 35'20'', pero da rabia porque durante la mitad de la carrera he acariciado la idea de bajar de 34. Aun sabiendo que faltaba la otra mitad. Me hubiera gustado saber sufrir un poquito más, ser más duro de cabeza y no pinchar tanto en los últimos kilómetros. Llegar muerto a meta si hubiera hecho falta.

Pero bueno, es la segunda carrera de este tipo (rapidísimos 10 kms) que hago y noto que aún no es mi terreno, estos ritmos son muy agresivos para mi, una media, por ejemplo, me resulta más fácil de correr. Me quedan muchos entrenamientos de calidad por meter y unas Navidades plenas de kilómetros, desniveles y aceituna. Si todo va como espero me voy a poner como un jabalí.


Está sonando: Scatman's world, de Scatman Jhon

(1) Pacers o Pace-Makers o liebres son los atletas que las organizaciones de las grandes carreras (marathones y meetings sobre todo) contratan para que marquen el ritmo de paso a otros atletas que quieren bajar el record de la prueba, del país o del mundo si se tercia. En el contexto del populacho, es el compañero de entrenamientos, mejor y más experimentado que tú, que te echa una mano para que bajes la marca mientras él se hace un entrenamiento un poquito más exigente. Si es un buen tío, como es mi caso, te animará, te hablará y te asistirá en el trance de acercate un poco más a tu límite. Estoy encantado de poder contar con gente así.

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