lunes, 2 de noviembre de 2009

El Rescate de Óscar Pérez

El pasado verano el alpinismo ganó portadas merced a la tragedia de Álvaro Novellón y Óscar Pérez. Los dos montañeros acometían el descenso del Latok II (7145m, Pakistán) cuando, evolucionando sobre hielo en malas condiciones, Óscar cayó y se rompió un brazo y una pierna. En la caída, la cuerda que les uníase enganchó milagrosamente en un saliente y quedaron los dos colgando, uno a cada extremo, hasta que Álvaro consiguió liberarse de tan macabro péndulo. Aseguró a su compañero, le dejó las provisiones y, mientras éste se liaba un cigarrillo, bajó, con mucho coraje y escasísimo material a la búsqueda de un rescate.

Pérez y Novellón en un momento de la expedición.
www.elpais.es

La noticia llegó a España y mientras su club, el Peña Guara de Huesca, movilizaba todo lo movilizable, los perezosas redacciones de agosto nos involucraban en la historia a la espera de la imagen, la portada, las declaraciones o el sonido del siglo. Todos nos encontramos de repente hablando de montañas, de los Himalayas, de paseos por la sierra que creíamos que se parecían un poquito al ascenso de una mole de roca de casi 7000m aislada en el último rincón de Pakistán... de riesgos asumibles y no, de cosas que se hacen y cosas que no, de creoques y piensoques... de familia, compañeros, pobre madre, pobre novia, de despliegue exagerado, de quién paga la fiesta, si hay medios o no... Como si supiéramos una mierda de algo. Como ejemplo quedan los montones de comentarios en las webs de los medios generalistas, algunos tan frívolos y tan soberbios que dan ganas de vomitar. Algo va mal cuando un deporte sólo se vuelve interesante si hay muertes de por medio .



El Latok II. No sé qué hostias señala la flecha.
www.elpais.es


A todo esto un grupo de hombres de monte, enjutos y barbudos, daban una lección y se plantaban de un día para otro en Islamabad. Los Corominas, Larrañaga, Zangrili , Ascaso, Tosas, Elías, Portilla, Corrochano y Moratinos, coordinados por Sebas Álvaro y ayudados por porteadores de altura nativos, dejaron de lado tanta pamplina y a la pregunta ¿podeis ayudar? dieron la única respuesta que hombres humanos, valientes, íntegros y solidarios podrían dar.
Pelearon, lucharon, se dejaron hasta la última caloría y llegaron al límite de lo razonable: no se iban a arriesgar vidas por bajar un cadáver. El final de la historia abrió un par de informativos y ya todos lo sabemos. El que quiera recordarlo puede encontrar la sucesión de los hechos en el especial de Desnivel y el blog de Simón Elías, también de la misma casa y ambos completísimos.

La noticia salta hoy en Desnivel.com con las declaraciones del presidente del club Peña Guara, en las que cuantifica el coste total del rescate y aporta unas interesantísimas reflexiones. Aquí dejo un resumen:

¿Cuál ha sido, aproximadamente, el costo del rescate?
Ahora mismo estamos en una cifra de 110.000 euros en total. Esto incluye el costo de los helicópteros, del viaje del equipo de rescate que salió desde España, los sherpas, porteadores, agencias, vuelos internos, comida y hospedajes en Pakistán, el material comprado allí… Además, está todo el tema de comunicaciones que también tiene un coste alto, porque hubo que utilizar dos teléfonos satélite y tres móviles.

...
Los límites del seguro son 9.000 euros por accidentado. La aportación del seguro, en el Himalaya, da para sacar a una persona del campo base o de un poco más arriba. No da para mucho más pues un helicóptero a un campo base viene a costar aproximadamente 5.000 o 6.000 euros...

...
Recibimos la llamada de Álvaro Novellón el día 8 por la tarde, y el día 9 ya teníamos este primer presupuesto. (120.000€)
Para afrontar los pagos que había que hacer, mientras recibimos el dinero de las aportaciones prometidas por diversas instituciones, Peña Guara pidió a un banco una cuenta de crédito que nos fue concedida.


Hay gente que se ha negado a pasar sus gastos de participación en el rescate, como los alpinistas americanos o Sebastián Álvaro, ¿no?
Sí, Sebastián Álvaro rechazó que se le abonaran sus gastos, y sólo en llamadas telefónicas ha gastado mucho dinero. Los cinco alpinistas de nuestro país que fueron allí abandonaron el trabajo de guía que estaban haciendo. La mayoría de ellos no tienen un trabajo estable y, sin embargo, lo dejaron todo y marcharon. Y solo les hemos pagado los gastos que tuvieron: gasolina para volver a España desde los Alpes, teléfonos personales que han utilizado en la expedición… Los americanos tampoco han querido cobrar el importe de sus gastos.


...Antes del accidente hubiera dicho sólo que los clubes nunca podemos dejar de apoyar a nuestros deportistas cuando adquieren compromisos deportivos de alta dificultad. Hay que seguir apoyando al deportista, al expedicionario. Después del accidente nuestra actitud como club sigue siendo la misma, pero de cara a proyectos nuevos, de alta dificultad, en macizos extranjeros, y con posibilidades de que se repitan situaciones como esta, hay que buscar un seguro que cubra lo más posible de un operativo de estas características. Hay que tener muy claro hasta dónde se puede llegar en caso de que sea necesario un rescate y dialogar, antes de la partida, de forma clara y con la cabeza bien fría con los alpinistas de las situaciones que pueden darse.

Mirando para atrás, ¿hay algo de lo que te arrepientas en el tema del rescate de Oscar Pérez en el Latok?
Lo único que tengo claro es que si por desgracia nos vuelve a suceder una situación así, la experiencia de este caso nos ayudará a ser más rápidos porque en determinadas cosas ya sabremos cual es la vía ágil. Nos ha enseñado cuales son los hilos que hay que mover, las gestiones…
No nos arrepentimos de nada. Sólo tengo que decir que no hay que dejarse llevar por el corazón, hay que ser fríos, saber que tenemos entre manos, y sobre todo, y esto es muy importante, ser rigurosos en la información que se transmite a la familia y medios de comunicación.

Sí que es verdad que, durante todo el rescate, habéis trasmitido la información de forma muy clara tanto a los medios como a la familia, sin caer nunca en el sensacionalismo ni amarillismo.
Si, siempre hemos explicado qué hacíamos, porqué, cuáles eran las posibilidades. Nunca hay que olvidar que la información que estás dando es por una desgracia deportiva, es imprescindible no dejarte influir por posturas que no tienen que ver con la realidad de la situación deportiva; me refiero a que si te llaman de programas de corazón y cosas así, hay que decirles “No, creo que se ha equivocado …”.
El accidente, al ocurrir en el mes de agosto, cuando no hay noticias, hizo que los medios de comunicación se volcaran. Si nosotros hubiéramos entrado al trapo de algunos medios, nuestra actuación hubiera perdido todo el sentido deportivo. Nuestro deber era claro, teníamos un compañero en la montaña y teníamos que hacer todo lo posible para ayudarle sabiendo que era posible que todo lo que hiciéramos no sirviera para nada.

...Cuando recogí el reconocimiento de la Federación Aragonesa de Montañismo, estuve como ocho minutos dando nombres y grupos de gente que nos había ayudado...
Poco o nada más que añadir. Las únicas dos palabras que se me juntan en la mente son gestión y encomiable. Bueno, también se me viene a la memoria el artículo de Oscar Gogorza, director de CampoBase en El Pais. Buen epílogo.

2 comentarios:

Anto dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anto dijo...

La verdad es que es fantástico comprobar que aún queda gente que echa una mano sin pensárselo dos veces.

Siempre me ha transmitido muy buen rollo Sebastián Álvaro. Por lo que le he escuchado y leído, es un tipo que va de frente, pero siempre con gran humildad. Las historias que cuenta en el Larguero, además de narrarlas de puta madre, son interesantísimas y hacen que a los profanos como yo nos empiece a enganchar esto de la montaña. Además, los reportajes de Al Filo eran brutales.

Al menos Óscar Pérez podrá sentirse orgulloso de su gente de la montaña.

Un abrazo Frango!